viernes, 8 de octubre de 2010

La Antigua Guatemala

Antigua Guatemala ha sufrido drásticos cambios a lo largo del tiempo, no solo en su arquitectura, sino también en sus costumbres ancestrales y sociales pero también continuamente ha sido trasladada durante siglos. En las siguientes páginas encontrará una completa compilación de su fundación, movimientos, terremotos y otra información relevante de lo que convirtió lo que es hoy la Antigua Guatemala.

UNESCO incluyó en julio de 1965 en la Lista del Patrimonio Mundial Cultural a La Antigua Guatemala, Monumento de América.

El 22 de noviembre de 1557, conservando el nombre de Santiago de Guatemala, establecieron una nueva ciudad en las faldas del hoy conocido Volcán de Agua. Pedro de Alvarado dedico desde entonces su vida a la conquista, delegando en su hermano Jorge la responsabilidad administrativa de la ciudad. Hoy en día existe un grupo étnico cachiquel en el Perú gracias a una flota construida por Don Pedro de Alvarado quien los llevó consigo en la cruzada de la conquista española.

Algunos historiadores relatan que Alvarado trajo a los Dominicos, entre ellos el padre Betanzos quién intentó fundar un convento pero no aceptó ser el primer obispo de Guatemala; este importante cargo lo llevó el Licenciado Francisco Marroquín quien fundó una diócesis en 1534 e invitó a establecerse en Guatemala a frailes dominicos importantes con el motivo de fundar un convento en Almolonga entre quienes estaban, Fray Bartolomé de las Casas, Fray Pedro de Angulo, Fray Luis Cáncer y Fray Rodrigo de Ladrada.

De la exquisita obra, Historia General de Guatemala, citamos:
"La implicación de la iglesia en el sistema político tenía un doble motivo: por un lado, la defensa del indio, como ser humano merecedor de un trato justo; por otro, su misión evangelizadora, para la cual estaba plenamente legitimada por el propio régimen jurídico de las Indias, sobre el cual sustentaba la soberanía política de la Corona en cuanto a la tierra y sus naturales. Pero mal podía llevar acabo la iglesia esta doble tarea en una situación de guerra o de graves abusos, y todavía la jerarquía eclesiástica se involucraba en los problemas y en el proceso político con un factor más, como lo era el título de Protector de los indios que Marroquín y otros obispos recibieron de la corona. Con todas las ambigüedades y la falta de instrumentalización que sufrió este cargo, proteger a los indios no era ya una pura cuestión de amor o caridad cristiana, sino una responsabilidad política, dentro de un sistema en el cual el Estado y la Iglesia estaban tan íntimamente ligados y comprometidos."

Debido a la importancia de la evangelización como medio de conquista y la influencia de la Iglesia el la política, pronto se iniciaron trabajos de urbanización alrededor del año 1540. Se aprecia hoy en día, en los alrededores de Santiago de Guatemala, templos coloniales, construidos con el objetivo de evangelizar a los indígenas ya dispersos que agrupaban en pequeños grupos para que pudieran escuchar las doctrinas e ir a misa.
En 1541, el luto embargaba los inicios de capital española, su palacio mandado a pintar de negro por la viuda Beatriz de la Cueva, debido al fallecimiento de su esposo Don Pedro de Alvarado, en la batalla de Nochiztlán, México, fue sin duda una dolorosa pérdida no solo para su viuda sino también para el imperio invasor. Pero la iniciación de la pesadilla solo era un presagio. Doña Beatriz, el 9 de septiembre de 1541, fue nombrada gobernadora de Guatemala quien firmó el acta llamada "La Sinventura Doña Beatriz", y tachó su nombre, gobernando por 40 horas, ya que una lúgubre y recia tormenta ya caía sobre la región acompañada por un sismo de media noche que hizo desbordar el agua estancada en el cráter del volcán en correntadas sobre las faldas que sobrecogían la ciudad de Santiago de los Caballeros, muriendo así su gobernadora y damas de compañía quienes ya refugiadas en la capilla del palacio quedaron sepultadas bajo el lodo y escombros que en esa noche de tragedia destruyeron la ciudad. El palacio está hoy en día a varios metros bajo tierra en lo corresponde al pueblo de San Miguel Escobar.

Los franciscanos tenían un terreno el cual sirvió para formar un improvisado campamento para los sobrevivientes después de la catástrofe. Después de ello, los sobrevivientes decidieron trasladarse y establecer la nueva capital en el Valle de Panchoy, no solo por la lejanía de los volcanes sino también por la cantidad de recursos naturales con que el valle contaba.

No hay comentarios:

Publicar un comentario