martes, 12 de octubre de 2010

Alta Verapaz


Sin duda alguna la naturaleza posee secretos. Y aunque en los diferentes departamentos de Guatemala hay lugares escogidos para tales fines, Alta Verapaz ha sido señalado por albergar a un buen número de tan apreciados tesoros. Para muestra, varios botones. En este departamento se encuentran las cavernas en las Grutas de Lanquín, el río del mismo nombre y el Pozo Vivo, sobre el cual cuenta la leyenda que basta que alguien se acerque y susurre una palabra para que sus aguas empiecen a moverse. Asimismo, se sorprenderá con la Laguna de Lachuá y las famosa pozas de Semuc Champey.
Pero la visita quedaría incompleta si no mencionamos parte de su historia, como aquella de que en ese lugar se llevó a cabo la conquista pacífica de los españoles, por vía de la conversión religiosa. A ese proyecto se le conoció como "La Verdadera Paz", del que se deriva posteriormente el nombre de "Verapaz". Este departamento también cuenta con expresiones culturales que nos recuerdan al proceso de conquista. Entre ellos los conjuntos de chirimía, tambor con pito, arpa, violín y guitarra. Además, su gastronomía ocupa un lugar importante entre las tradiciones guatemaltecas, ya que de este lugar proceden el caldo de pavo (kaq ik) y el boj, un licor ceremonial elaborado con caña de azúcar.
Lo invitamos a leer y conocer los secretos develados de la cultura y naturaleza de uno de los departamentos más preciosos de Guatemala.

Al momento de la conquista este territorio fue denominado por los españoles como Tezulutlán (Tierra de Guerra), debido a lo belicoso de sus habitantes. Gracias a las ideas de Fray Bartolomé de las Casas, quien apoyado en la bula Sublimus Deus logra del gobernador Alonso de Maldonado (1537), la jurisdicción del territorio para iniciar ahí la conquista pacífica. Así inicia el proyecto de “La Verdadera Paz”, del que se derivara posteriormente el nombre de “Verapaz”, dado por Carlos V el 30 de octubre de 1557. Desde 1542 los misioneros Fray Luis de Cáncer y Pedro Angulo, habían iniciado labores de conversión en Cobán.
El primer centro de control de los dominicos fue Rabinal, un año después fundaron las reducciones de Santo Domingo de Cobán, San Pedro Carchá, San Juan Chamelco, San Agustín Lanquín y Santa María Cahabón. En éstas se prolongarían por casi tres siglos más. Sin embargo, si los primeros intentos fueron pacíficos, los últimos debieron recurrir a la fuerza. De esta manera, príncipes indígenas como Juan Matalbatz, dieron tenaz resistencia a los españoles.
En el área de la Verapaz los intentos de ocupación hispánica fueron tempranos con la Nueva Sevilla, pero ésta pronto fracasó. Fue hasta en el siglo XIX que de nuevo floreció en el área el pueblo de Panzós, que constituía una importante ruta hacia el Caribe y por ende hacia el exterior. Este pueblo no escapó del acoso de los piratas y fue atacado a principios del siglo XIX. 

Muestras de la riqueza cerámica de estas culturas puede apreciarse en el museo de Carchá y en el Museo Nacional de Arqueología de Guatemala. La historia colonial también dejó un bello legado patrimonial. Por eso, los pueblos más importantes como Cobán, Carchá y Chamelco, cuentan con bellas iglesias, ermitas o capillas y conventos. De igual manera, San Cristóbal y Tactic. Ello no excluye las iglesias de Santa María Cahabón y la de San Agustín de Lanquín.
Aunque son pueblos eminentemente q'eqchi'es, se respira en su trazo y arquitectura una tradición española, con sus casas de adobe, techos de teja y corredores al frente de los patios y huertos de las casas antañonas. 
El área continúa distinguiéndose por sus cultivos de café y de cardamomo. De la presencia alemana data el desarrollo de la cuenca del Polochic. En esta área los alemanes desarrollaron la línea férrea de la Verapaz, que transitaba de Panjanché a Panzós. 



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