Los bailadores con vistosos trajes preparados con tela fina de pana, lentejuelas, adornos multicolores y plateados, capa de pico de estrella, sombrero ladeado, plumas de varios colores, máscara de madera con expresión de acuerdo al personaje y chinchines de moro, llegan al atrio de la Iglesia, procedentes de la casa del autor y/o cofradía del baile colocándose en dos filas, unos en frente de otros, dando inicio al baile al compás de la marimba sencilla y al ritmo de un son especial a cada personaje.
Todos los personajes son escogidos por el autor del baile, como en todas las danzas a través de ritos y ceremonías, es la creencia que si las personas escogidas renuncias a su personaje algo malo les pasara ya sea a el o a su familia. No debe también quitarse la mascara durante el baile, existen lugares sagrados para esto. El Aj-’ij o Sacerdote Maya bendice el lugar, los bailadores, el autor y a todos los que tienen vinculación con la danza, para alejar los malos espíritus del lugar donde se realizan los ensayos y para que los bailadores sean protegidos donde quiera que se encuentren ya sea en sus viajes, negocios, trabajo y en su vida diaria y la de su familia; por medio de la quema de pom, candelas, flores, copal y el agua bendita en el altar Maya Tur’k’a a 3kms de Chichicastenango.
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